Discurso de Jerónimo de Sousa sobre el centenario de la Revolución en Portugal
Discurso de Jerónimo de Sousa, Secretario General del Partido Comunista Portugués, abriendo la celebración en Portugal del centenario de la Revolución Socialista de Octubre.
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En 2017 se señalan los 100 años de la Revolución Socialista de Octubre de 2017.
En el proceso histórico de emancipación de los explotados, de los oprimidos, de los trabajadores y de los pueblos desde la sociedad primitiva a la esclavitud, del feudalismo al capitalismo, marcados por los importantes acontecimientos revolucionarios, la Revolución de Octubre es el más grande acontecimiento.
Después de milenios de sociedades en las que los sistemas socioeconómicos se basaban en la explotación del hombre por el hombre, la Revolución de Octubre inició una nueva época en la historia de la humanidad, la época bisagra entre el capitalismo y el socialismo, fue la primera revolución que concretizando profundas transformaciones democráticas en los dominios políticos, económicos, sociales y culturales, asegurando la justicia y el progreso social y respondiendo a los anhelos de los trabajadores y de los pueblos, emprendió la construcción de una sociedad sin exploradores ni explotados.
En los tiempos en que vivimos, siguiendo la evolución del siglo XX, cien años después de la Revolución de Octubre, cuando el sistema capitalista, con su naturaleza exploradora, opresora, agresiva y depredadora, con las consecuencias trágicas que contiene, está resquebrajado por el agravamiento de su crisis estructural, se torna todavía más evidente que el capitalismo es responsable por los crecientes problemas y peligros que la humanidad enfrenta. La realidad del mundo de hoy comprueba la importancia y el alcance de los objetivos de la Revolución de Octubre y afirma el socialismo como exigencia de la actualidad y del futuro.
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Celebrar el Centenario de la Revolución de Octubre es afirmarla como la realización más avanzada en el proceso secular de liberación de la humanidad de todas las formas de explotación y opresión.
Celebrar este centenario es denunciar la naturaleza del capitalismo con los dramáticos flagelos sociales y amenazas que encierra para la vida de los pueblos y para la sobrevivencia de la propia humanidad, es subrayar la actualidad y la validad del socialismo, y reafirmar la necesidad y la posibilidad de la superación revolucionaria del capitalismo por el socialismo y el comunismo.
Celebrar este centenario es valorizar el papel de la clase obrera, de los trabajadores y de los pueblos en la transformación de la sociedad, es evidenciar la fuerza que resulta de su unidad, organización y lucha. Reafirmar que tiene en sus manos el éxito de la resistencia para la actual ofensiva del gran capital, del imperialismo, y de la conquista de su emancipación social y nacional.
Celebrar la revolución de octubre es homenajear sus trabajadores y afirmar las grandes conquistas y realizaciones en la política, en la económica, en la sociedad, en la cultura, en la ciencia, para la tecnología, y para la civilización del socialismo en la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) y su inmensa contribución para el avance de la lucha emancipadora de los trabajadores y de los pueblos.
Celebrar este centenario es utilizar las lecciones de los procesos, hasta la fecha desconocidos, de construcción del socialismo en la URSS y en los demás países, de los éxitos y de las derrotas, de los pasos atrás y de los avances, de toda la larga trayectoria que la antecede como importantes experiencias que enriquecen y animan a la lucha que continúa por el socialismo y el comunismo.
Celebrar la Revolución de Octubre es (teniendo como base el marxismo-leninismo) tomar la iniciativa y combatir la ofensiva ideológica contra el socialismo y el comunismo, evidenciar las raíces y el papel del anticomunismo y el antisovietismo como instrumentos del capital en la lucha de clases.
La Revolución de Octubre y la consecuente experiencia histórica de la construcción del socialismo no deben ser celebradas como acontecimientos meramente datados, fijos, parados en la historia, sino como fuente de importantes lecciones y ejemplo de transformación y conquista que se evidencian y actualizan en la práctica revolucionaria del presente y se proyecta en el futuro.
Celebrar la revolución de Octubre es afirmar que el futuro no pertenece al capitalismo, pertenece al socialismo y al comunismo.
Celebrar la revolución de Octubre es afirmar que el futuro no pertenece al capitalismo, pertenece al socialismo y al comunismo.
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En el día 7 de Noviembre de 1917 (25 de octubre, en el antiguo calendario ruso), el proletariado ruso, con el papel de vanguardia del Partido Bolchevique, guiado por una teoría revolucionaria, con la notable contribución de Lenin, tomó en sus manos su destino ascendiendo al poder y lanzando, en una revolución victoriosa, las bases de una nueva sociedad, en un país lacerado por la guerra imperialista (Primera Guerra Mundial), con un pueblo hostigado por la exploración, la represión, el hambre y el analfabetismo.
Una revolución que abarcó en sí los anhelos de la lucha secular de los explotados y los oprimidos desde las revueltas de los esclavos en la Antigüedad, las revueltas de los campesinos en la Edad Media, la Revolución Francesa de 1789 – que se instaura la derrota del feudalismo y el devenir del capitalismo – hasta las insurrecciones obreras en el siglo XIX.
La Revolución de Octubre tuvo como antecedente histórico, de los cuales sacó importantes lecciones, La Comuna de Paris de 1871 – primera experiencia histórica, por un corto periodo, de la conquista y el ejercicio del poder proletario, con evidente superioridad también en el contexto de la democracia política –, La Revolución rusa de 1905 – la primera gran revolución popular con el papel organizador de la clase obrera y de los trabajadores – y la Revolución de Febrero de 1917, que marcó el fin de poder zarista, ya con una clase obrera experimentada y un partido preparado orgánica e ideológicamente para asumir la dirección de la lucha de las masas trabajadoras y populares en la conquista del poder.
La Revolución de Octubre emprendió la tarea de poner fin a todas las formas de explotación y opresión social y nacional, teniendo significativamente adoptada entre sus primeras medidas los decretos de paz y sobre la abolición de la propiedad latifundista de la tierra.
La Revolución de Octubre fue una exuberante realización revolucionaria que resistiendo y superando complejas vicisitudes y dificultades – boicots, sabotajes, intervenciones de potencias imperialistas, guerra civil, bloqueo económico, traición – y recorriendo un recorrido irregular y accidentado, transformó en realidad las aspiraciones y los sueños de los trabajadores, de los explotados, los oprimidos, los discriminados, abriendo el camino de la construcción de una sociedad nunca antes conocida por la humanidad.
La Revolución de Octubre transformó la vieja y atrasada Rusia de los zares en un país altamente desenvuelto, capaz de contener, como contuvo durante décadas, el objetivo de dominio mundial del imperialismo.
La URSS en un corto periodo histórico alcanzó un significativo desarrollo industrial y agrícola, erradicó el analfabetismo y generalizó la escolarización y el deporte, eliminó el desempleo, aseguró la salud pública y la protección social, garantizó y promovió los derechos de las mujeres, de los niños, de los jóvenes y de los mayores, expandió el impacto de los movimientos de vanguardia artística y las formas de la creación de la cultura, conquistó un elevado nivel científico y técnico, colocó en la práctica las formas de participación democrática de los trabajadores y de las masas populares, emprendió la solución compleja en la cuestión de las nacionalidades oprimidas, incrementó los valores de la amistad, de la solidaridad, de la paz y la cooperación entre los pueblos.
Fue la URSS el primer país del mundo en poner en práctica o a desarrollar como ni un país lo había hecho antes los derechos sociales fundamentales, como el derecho al trabajo, las jornada máxima de 8 horas de trabajo, las vacaciones pagadas, la igualdad de derechos de hombres y mujeres en la familia, en la vida y en el trabajo, los derechos y protección de la maternidad, el derecho a la vivienda, la asistencia médica gratuita, el sistema de seguridad social universal y gratuito y la educación gratuita. La URSS alcanzó realizaciones pioneras para la humanidad, como el lanzamiento del primer satélite artificial al espacio – Sputnik – o el envío del primer hombre al espacio – el astronauta Iúri Gargárin.
La URSS, el pueblo con la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética, alcanzó éxitos y conquistas de gran proyección internacional, que estimulaban la lucha de los trabajadores y de los pueblos de todo el mundo.
La URSS, el pueblo con la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética, alcanzó éxitos y conquistas de gran proyección internacional, que estimulaban la lucha de los trabajadores y de los pueblos de todo el mundo.
Sobre el impacto de la Victoria de la Revolución de Octubre fueron constituidos numerosos partidos comunistas por todo el mundo, se creó el movimiento comunista internacional, se fortaleció el movimiento obrero y sus luchas, las ideas del marxismo-leninismo se propagaron entre las masas – como ocurrió en Portugal donde el 6 de Marzo de 1921 fue fundado el Partido Comunista Portugués.
La URSS, el pueblo soviético, el Ejército Rojo, fueron una ayuda determinante para la victoria sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial, en una heroica lucha que le costó más de veinte millones de vidas.
Después de la victoria contra el fascismo, por su ejemplo y enorme prestigio, por la fuerza de las ideas del socialismo que proyectó, por la solidaridad e intervención en la política internacional, la URSS dio un gran apoyo a los pueblos que optaron y lucharon por la construcción de las sociedades socialistas, a la lucha y conquista por parte de millones de trabajadores de derechos y libertades en países capitalistas y la dinámica y lucha del movimiento de liberación nacional, a la caída del colonialismo y la conquista de la independencia de numerosos pueblos y naciones secularmente sometidas al yugo colonial.
La URSS fue solidaria con los comunistas y el pueblo portugués en su lucha contra la dictadura fascista en Portugal y con la revolución de Abril – realización del pueblo portugués, afirmación de libertad, de emancipación social y de independencia nacional-.
La URSS y el sistema socialista fue un factor muchas veces determinante en las conquistas y avances por primera vez alcanzados por los trabajadores y los pueblos en su lucha de emancipación a nivel mundial.
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La desaparición de la URSS y las derrotas del socialismo en el Este de Europa, cuyas causas fueron explicadas en el XIII, XIV y XVIII Congresos del PCP, han tenido un incontestable y profundo impacto negativo en la correlación de fuerzas mundial, en la conciencia de las masas y en el desarrollo de la lucha por el socialismo. Se ha verificado un enorme revés en las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales de los pueblos de estos países y de otros pueblos del mundo.
La evolución mundial en el seguimiento de las derrotas del socialismo ha revelado así aún más la importancia de las históricas realizaciones del socialismo y de los avances de la civilización a las que están asociadas, y puso en evidencia la superioridad del nuevo sistema social en la resolución de los problemas y concretizaciones de las aspiraciones de los pueblos.
La naturaleza del capitalismo no se alteró lo que pone una exigencia de su superación revolucionaria. El siglo XX no fue el de la muerte del comunismo y sí el siglo en que el comunismo nació como forma nueva y superior de la sociedad.
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La actual situación mundial expone la naturaleza explotadora, opresora, agresiva y depredadora del capitalismo.
La actual situación mundial expone la naturaleza explotadora, opresora, agresiva y depredadora del capitalismo.
Sumergido en su crisis estructural, el capitalismo nada tiene que ofrecer a los pueblos más que una cada vez mayor acumulación, centralización y concentración de la riqueza, el agravamiento de la explotación, el aumento de las injusticias y de las desigualdades sociales, el ataque a los derechos sociales y laborales, la negación de las libertades y derechos democráticos, la usurpación y destrucción de los recursos, la injerencia y la agresión a la soberanía nacional, el militarismo y la guerra , que en su fase imperialista llega a todos los continentes.
Millones de trabajadores son llevados al desempleo, a la precariedad, en la más violenta explotación. A millones de seres humanos les son negados sus derechos fundamentales, así llevados a la pobreza, al hambre, a la desnutrición y subyugados al trabajo infantil, al trabajo esclavo y a todo tipo de tráfico. Millones de seres humanos son víctimas de las agresiones imperialistas y huyen de la guerra y de la destrucción. Pueblos enteros son condenados al subdesarrollo, a la dependencia, a la opresión nacional.
El capitalismo, por su naturaleza, es incapaz de superar sus insalvables contradicciones – resueltamente entre el capital y el trabajo, entre el carácter social de la producción y su apropiación privada – que llevan a la inexorable concentración de capital y desorden productivo. Ávido para apropiarse y para acumular capital, el capitalismo no solo no da respuesta a los problemas de la humanidad, sino que por vía de la apropiación capitalista e instrumentalizando las inmensas posibilidades abiertas por el trabajo, por el progreso y el desarrollo científico y tecnológico, ahonda en las desigualdades, contradicciones e injusticias sociales. El capitalismo es un sistema que está permanentemente en conflicto con las necesidades, intereses, aspiraciones de los trabajadores y de los pueblos.
Así, más que nunca, el socialismo emerge con redoblada actualidad y necesidad en el proceso de emancipación de los trabajadores y de los pueblos.
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El PCP señala como objetivo al pueblo portugués la construcción de la sociedad socialista, partiendo de la realidad y de la experiencia de la revolución portuguesa, asimilando críticamente la experiencia revolucionaria mundial.
Cuando propone su Programa “Una democracia avanzada – Los valores de Abril en el futuro de Portugal”, el PCP considera que la realización de tal proyecto – una democracia económica, social, política y cultural – constituye un proceso de profunda transformación y desarrollo de la sociedad portuguesa. Sin embargo, como alude el programa, “el exterminio de la explotación capitalista es la tarea histórica que solo con la revolución socialista es posible realizar”.
El PCP reitera la necesidad de caminar con determinación las fases y etapas necesarias para la concretización del supremo objetivo. Los combates de hoy por la defensa, la reposición y la conquista de derechos, por la ruptura con la política de derechas y por la concretización de una política patriota y de izquierdas toman parte de la lucha por la democracia avanzada, así como la lucha por esta es la parte integrante de la lucha por el socialismo.
En su programa, el PCP “señala como objetivo fundamental de la revolución en Portugal el fin de la explotación del hombre por el hombre, la creación de una sociedad sin clases antagónicas inspirada por los valores humanistas, la democracia comprendida en la complementariedad de sus vertientes económicas, sociales, políticas y culturales, la intervención permanente y creadora de las masas populares en todos los aspectos de la vida nacional, la mejora constantes del bienestar material y espiritual de los trabajadores y del pueblo en general, el fin de las discriminaciones, de las desigualdades, las injusticias y las desigualdades sociales, la concretización en la vida de la igualdad de derechos del hombre y de la mujer y en inserción de la juventud en la vida del país, como la fuerza social dinámica y creativa”. Añade “en el cuadro de objetivos esenciales, el sistema socialista en Portugal va a asumir inevitablemente las particularidades y originalidades resultantes no solo de las realidades objetivas del país sino también de las formas concretas hasta asumir las luchas de clases, la evolución económica, social, cultural y política y la propia coyuntura internacional”.
Fieles a sus ideales libertadores, celebramos el centenario de la Revolución de Octubre, cuyos valores crearon profundas raíces, son exigencia de la actualidad y se proyectan como realidades, necesidades objetivas, experiencias y aspiraciones en un futuro de Portugal y de la humanidad.
Fieles a sus ideales libertadores, celebramos el centenario de la Revolución de Octubre, cuyos valores crearon profundas raíces, son exigencia de la actualidad y se proyectan como realidades, necesidades objetivas, experiencias y aspiraciones en un futuro de Portugal y de la humanidad.
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El Comité Central del Partido Comunista Portugués decide que las celebraciones del Centenario de la Revolución de Octubre han de ocurrir sobre el lema “Centenario de la Revolución de Octubre – Socialismo, exigencia de la actualidad y del futuro”, cuyo programa será presentado en Sesión Pública que será realizada a 7 de Noviembre de este año.
El programa de celebraciones ocurrirá durante el año 2017, destacando la realización de un mitin el 7 de Noviembre – Día del Centenario -, y tendrá su cierre el 9 de diciembre en una acción con fuerte contenido cultural.
El programa de la celebración, que se iniciará en Enero en una iniciativa que debe coincidir con la fecha del aniversario de la liberación del Ejército Rojo del campo de Concentración de Auschwitz, marca los acontecimientos históricos con la relevancia en la Revolución de Octubre, se integrarán iniciativas y acciones que darán la expresión a múltiples vertientes, acontecimientos, dimensiones y aspectos de la Revolución de Octubre y de procesos de construcción del socialismo, y deberá exponer la naturaleza del capitalismo y sus desastrosas y ruinosas repercusiones para la humanidad, afirmando el socialismo como exigencia de la actualidad y del futuro.
Entre otras iniciativas se destacan: la realización de un ciclo de debates y otras acciones temáticas, nombrando un Coloquio bajo el tema “Socialismo – exigencia de la actualidad y del futuro”; una importante expresión en la Festa do Avante! de 2017, por ende, una gran exposición; la realización a 9 de Mayo (Día de la Victoria) de una iniciativa sobre las cuestiones de la Paz; el tratamiento específico en Avante!, El Militante y página web con la abertura de una página propia; la edición de materiales de divulgación, así también una exposición en papel para su larga distribución, folletos y carteles; en el ámbito editorial, la reedición de las obras sobre la Revolución de Octubre y la construcción del socialismo, con hincapié en Lenin y Álvaro Cunhal, promoviendo su lectura y estudio, y ediciones propias del Centenario; el desarrollo de iniciativas y acciones dirigidas a la juventud; la promoción de iniciativas en las áreas de cultura (cine, teatro, música, literatura, artes plásticas, etc.) y de ciencia.
El programa de celebración, en su dimensión, amplitud y contenido deberá de expresar la importancia y el significado político e ideológico que este acontecimiento tiene para la lucha de los trabajadores y de los pueblos en defensa de sus derechos y soberanía, de cara a la ofensiva del imperialismo y por las transformaciones progresistas y revolucionarias por el socialismo.
Para que las conmemoraciones asuman la dimensión y repercusión que se imponen, su programa debe ser desde ya preparado con líneas de orientación e iniciativas insertadas en la exigente respuesta a los tiempos que vivimos y articulados con la acción general del Partido.
El Comité Central exhorta a que se asocien a estas conmemoraciones todos los que defienden la paz, la justicia y el progreso social y luchan por una sociedad de libertad y abundancia en la cual el Estado y la política estén enteramente al servicio del bienestar y la felicidad del ser humano.
Adenda:
El socialismo, por diferentes caminos y etapas se afirma con creciente hincapié en el objetivo de la lucha de los pueblos, en cuanto perspectiva y condición del futuro inseparable de la plena liberación y realizaciones humanas.
El PCP reafirma que “en un plazo histórico más o menos prolongado, a través de la lucha de la emancipación social y nacional de los trabajadores y de los pueblos, es la sustitución del capitalismo por el socialismo que en el siglo XXI continúa inscrito como una posibilidad real y como la más sólida perspectiva de la evolución de la humanidad”.
El PCP reafirma su determinación infranqueable de luchar para que el socialismo se convierta en una realidad para el mañana del pueblo portugués.