Estamos presenciando una vez más, un acto de la vigente persecución imperialista sobre la imagen de Stalin, de Lenin y la URSS. Precisamente cuando la mayoría de la población tiene el derecho de conocer los hechos y desarrollo de la Unión Soviética, alrededor de las celebraciones sobre el Centenario de la Revolución Socialista de Octubre.
Porque, para la mayoría de los trabajadores, celebrar este Centenario es un arma de combate, para recordar, defender y desarrollar la Construcción del Socialismo, contra el acoso imperialista de los medios de comunicación.
Y quienes quisieron impedir el acto, lo saben.
Ellos quieren separar la construcción del socialismo, de aquellos quienes forjaron los pilares de una nueva era de la Humanidad, en realidad son cómplices del estado reinante, con su silencio y sus ataques efectivamente van contra del Socialismo.
Estas «instituciones y partidos políticos» nos presentan a quienes defendemos el Socialismo como radicales.
Creemos que ellos mismos no son consecuentes con su doctrina de negaciones, pues «sus poses y farsas» se caen de golpe ante los hechos. La Unión Soviética fue a la raíz del problema de lucha de clases entre el proletariado y el Imperialismo. Aún más consiguieron enseñar con sus palabras y decretos, que es posible avanzar hacia una sociedad libre de trabajo asalariado.
Y es notorio que en este acto, se exponía directamente sin censuras, cual era el pensamiento bolchevique, representado en la figura de Stalin, quien fue uno de sus más consecuentes autores y ejecutores en las medidas para transformar la arcaica sociedad del mercado.
Así pues el objetivo de estos «señores» es que no se conozca, que hubo un tiempo que los trabajadores construyeron una sociedad libre del mercado y del imperialismo.
Pero la presentación se realizó en otro local.
Consignamos el hecho ocurrido en Barcelona a través del enlace de la Editorial Templando el Acero:

Nos presentamos en Barcelona con dos libros, «Stalin Insólito» e «Incomunicado» de Maite Campillo, nada más llegar nos encontramos con una campaña mediática de la derecha catalana contra Ada Colau por ceder un espacio publico a la «glorificación del genocidio stalin». Ni que decir tiene que la resistencia de la política podemita fue igual a cero y rápidamente retiro el espacio. Felicitar a la Organización que fue avasallada a presiones de todo tipo y que no cedió a la suspensión del acto de «Stalin Insólito» y que supo subsanar la falta de local en un corto espacio de tiempo.
El acto de Ricardo E. Rodriguez fue todo un éxito con gran afluencia de gente y agotando todos los ejemplares existentes como respuesta a la falta de libertad de expresión que también la «nueva política» podemita ha instaurado en los ayuntamientos «del cambio», que rápidamente sucumbió a las presiones mediáticas de una política reaccionaria y ridícula como es Pilar Rahola.
Crónica de los ataques a la celebración del acto: