Historia Ilustrada: Abril de 1917, rumbo a la revolución socialista
Abril de 1917: Rumbo hacia la revolución socialista
El 3 de abril, día en que Lenin regresó. a la patria, fue una verdadera fiesta de la Rusia revolucionaria. Cuando se supo la noticia de su llegada a Petrogrado, el CC del partido y el Comité petrogradense tomaron medidas urgentes para avisar a todos los distritos, empresas, unidades militares de la capital, a Kronstadt, y los arrabales.
Era día de Pascua. Las empresas no trabajaban, no salían los diarios. En los distritos capitalinos de Víborg, Moscú, Narva, Vasilevski Ostrov, Petrogrado y Lituano (nacional), se. celebraron reuniones de los bolcheviques comunicándose la próxima llegada de Lenin. Los bolcheviques del distrito de Víborg recorrieron las calles con la pancarta: «¡Hoy llega Lenin!» En Vasílevski Ostrov se pegaron octavillas indicando la hora y el lugar de reunión para dirigirse a la Estación de Finlandia. En el distrito de Narva se visitaron los domicilios de los obreros. Los bolcheviques del distrito de Moscú convocaron urgentemente un mitin dedicado a la inminente llegada de Lenin.
Por la tarde, como escribió el periódico Pravda, acudieron a la Estación de Finlandia decenas de miles de personas, fundamentalmente obreros, para recibir a Lenin. La muchedumbre, endomingada, se agrupaba en torno a las banderas de sus empresas. Kronstadt envió un destacamento para recibir solemnemente y proteger al fundador del Partido Bolchevique. Junto con la milicia obrera y los guardias rojos había también soldados.
Al frente de la muchedumbre se encontraban delegaciones del CC, del Comité petrogradense del partido y de la redacción del Pravda.
En el informe noticioso sobre el encuentro en la Estación de Finlandia, se comunicó: «A las 23.10 llegó el tren. Lenin salió y fue saludado por sus amigos y camaradas del antiguo trabajo partidario. Bajo las banderas del partido, avanzó por la estación… Avanzó ante las tropas formadas en la estación que le presentaban armas, y ante la milicia obrera. Por doquier era recibido con entusiasmo–.
En la estación le esperaban miembros del CC, del Comité petrogradense, dirigentes de las organizaciones distritales de los bolcheviques y una delegación del Soviet de Petrogrado. Chjeídze le presentó un saludo en nombre del Soviet de la capital. La aparición de ese líder de los mencheviques y presidente del mayor Soviet del país, que entonces desempeñaba el papel de centro de los Soviets de toda Rusia, era una muestra de que los conciliadores se veían obligados a contemplar la influencia cada vez más creciente del partido político más grande del país y no podían rehusar el encuentro con su guía. Lenin escuchó a Chjeídze, pero dirigió su discurso a los bolcheviques petrogradenses, a los representantes de las fábricas y unidades militares; a continuación salió a la plaza frente a la Estación. Como se había reunido tanta gente y todos deseaban verle, el automóvil que debería servir de tribuna para su intervención fue sustituido por un vehículo blindado.
Ante la enorme multitud, pronunció un discurso en el que saludó al proletariado revolucionario ruso y al ejército revolucionario que habían logrado no sólo liberar a Rusia del despotismo zarista, sino también iniciar la revolución social a nivel internacional. Lenin terminó su intervención con las palabras «¡Viva la revolución socialista!» Miles de personas le hicieron eco. El soldado M. S. Oganián condujo lentamente el vehículo a través de un mar de personas. Durante el trayecto, Lenin se dirigió varias veces a las columnas de obreros, soldados y marineros.
El mitin se reanudó frente al Palacio de Kshesínskaia, sede del CC y del Comité petrogradense del POSD(b)R. Desde el balcón Lenin hizo uso de la palabra reiteradas veces. Se reunieron sus amigos y camaradas, miembros del CC y del Comité petrogradense de los bolcheviques, funcionarios activos de la organización partidaria de Petrogrado. Ante ellos pronunció un discurso de hora y media, basado en el borrador de las tesis escritas durante el viaje. Se trataba de la primera de las famosas Tesis de Abril. La profundidad del análisis y nuevo planteamiento de las cuestiones desconcertaron a muchos. La reunión concluyó muy entrada la noche.
Lenin se alojó en el tranquilo apartamento Nº 24 de la casa 48/9, en la calle Shirókaia, donde vivía su hermana Ana Uliánova-Elizárova. Llegó por la mañana temprano y pronto se marchó. Junto con sus familiares visitó las tumbas de su-madre y de su hermana Olga en el cementerio Vólkov. A continuación, como si no hubiera pasado una noche en vela, comenzó su primera jornada de trabajo en Rusia después de una larga ausencia forzosa.
El proletariado petrogradense conmemoraba ese día el quinto aniversario de los acontecimientos del Lena (el fusilamiento de los obreros de las minas del Lena en 1912). En muchas fábricas se celebraban mítines y manifestaciones. En el Campo de Marte, frente a las tumbas de los mártires de la Revolución de Febrero, hicieron uso de la palabra oradores obreros. Se entonaron canciones revolucionarias.
A eso de las 12 del día, Lenin se presentó en el Palacio de Táurida, donde se celebraba una reunión de los bolcheviques participantes en la Conferencia de los Soviets de Diputados Obreros y Soldados de toda Rusia. Allí planteó con plena firmeza sus tesis, en las que daba una apreciación clara de la situación, indicaba los objetivos hacia los que había que orientarse y las vías por las que se debía avanzar.

Del artículo de Lenin Las tareas del proletariado en la presente revolución
<<… Publico estas tesis personales acompañadas únicamente de brevísimas notas explicativas, que en mi informe fueron desarrolladas con mucha mayor amplitud.
- En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo Gobierno de Lvov y Cía, en virtud del carácter capitalista de este Gobierno, es intolerable la más pequeña concesión al «defensismo revolucionario».
El proletariado consciente sólo puede aprobar una guerra revolucionaria, que justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho, y no de palabra, a todas las anexiones; e) ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.
Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado el engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante; explicarles la ligazón indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz impuesta por la violencia.
Organizar la propaganda más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones.
Confraternización en el frente.
- La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.
Este tránsito se caracteriza, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es hoy el más libre de todos los países beligerantes); de otra parte, por la ausencia de violencia contra las masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de éstas en el Gobierno de los capitalistas, Ios peores enemigos de la paz y del socialismo.
Esta peculiaridad exige de nosotros habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor de partido entre masas inusitadamente amplias del proletariado, que acaban de despertar a la vida política.
- Ningún apoyo al Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de sus promesas, sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este Gobierno, que es un Gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria «exigencia» de que deje de ser
- Reconocer que, en la mayor parte de los Soviets de Diputados Obreros, nuestro partido está en minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos los elementos pequeñoburgueses y oportunistas, sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado…
Explicar a las masas que los Soviets de Diputados Obreros son la única forma posible de Gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra unión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de Diputados Obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.
- No una república parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de Diputados Obreros sería dar un paso atrás sino una república de los Soviets de Diputados Obreros, Braceros y Campesinos en todo el país, de abajo arriba…
- En el programa agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de Diputados Braceros.
Confiscación de todas las tierras de los latifundistas.
Nacionalización de todas las tierras del país. De ellas dispondrán los Soviets locales de Diputados Braceros y Campesinos. Creación de Soviets–de Diputados de los Campesinos Pobres. Hacer de cada gran finca (con una extensión de unas 100 a 300 desiatinas*, según las condiciones locales y de otro género y a juicio de las instituciones locales) una hacienda modelo bajo el control del Soviet de Diputados Braceros y sobre bases colectivas.
- Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de los Soviets de Diputados Obreros.
- No implantar el socialismo, como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de Diputados Obreros…>>
Ese mismo día, Lenin volvió a pronunciar su informe en la sala semicircular del Palacio de Táurida, donde se habían reunido los bolcheviques, mencheviques y socialdemócratas independientes participantes en la Conferencia de los Soviets de toda Rusia, representantes de los centros partidarios, de las organizaciones petrogradenses y nacionales, del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, de los periódicos socialdemócratas y antiguos miembros del grupo socialdemócrata en la Duma. Lenin enfatizó, ante todo, en la tesis dedicada a la guerra, destacando tres aspectos fundamentales: 1) conservación del carácter imperialista de la guerra por parte de Rusia, incluso después de derrocar a la autocracia ; 2) imposibilidad de terminarla con una paz verdaderamente democrática, no violenta, sin derribar al capital ; 3) necesidad de combatir al defensismo revolucionario.
No es casual que la cuestión de la guerra y el defensismo fuera la primera que se planteó, pues era precisamente ésta la que mostraba con mayor claridad la diferencia entre los reformistas y los revolucionarios.
«Todo el que se contenta con ‘exigir’ de los gobiernos burgueses que concierten la paz o que ‘expresen la voluntad de paz de los pueblos’, etc. —escribió Lenin varios días después de pronunciar su discurso en el Palacio de Táurida—, se desliza en realidad al campo de las reformas. Porque, objetivamente considerado, el problema de la guerra sólo se plantea de modo revolucionario». Y más adelante subrayó: «Para acabar con la guerra, para conseguir una paz democrática y no una paz impuesta por la violencia, para liberar a los pueblos del tributo esclavizador que suponen los intereses de miles de millones pagados a los señores capitalistas enriquecidos en la ‘guerra’, no hay más salida que la revolución del proletariado».
La peculiaridad del momento, como la determinó Lenin en la segunda tesis, consistía precisamente «en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado».
Al desarrollar estos conceptos en sus trabajos ulteriores, Lenin aclaró: «La dictadura democrática revolucionaria del proletariado y de los campesinos se ha realizado ya… Ha resultado un entrelazamiento… en. forma extraordinariamente original, nueva e inaudita. Existen paralelamente, juntos, simultáneamente, tanto el dominio de la burguesía (Gobierno de Lvov y Guchkov) como la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y de los campesinos, que voluntariamente entrega el poder a la burguesía, convirtiéndose voluntariamente en apéndice suyo». De ahí que, al indicar las mayores peculiaridades del período de transición —máxima legalidad en Rusia, ausencia de violencia contra las masas y la confianza inconsciente de éstas en el Gobierno de la burguesía—, Lenin exigiera la renuncia a todo apoyo al Gobierno Provisional, el desenmascaramiento de la falsedad total de sus promesas, la explicación a las masas de que los Soviets eran la única forma posible del Gobierno revolucionario.
La consigna «¡Todo el poder a los Soviets!» abría la posibilidad de liquidar por vía pacífica la dualidad de poderes existente. La crítica de los errores de los Soviets y el cambio de su composición mediante reelecciones conducirían poco a poco también al cambio de su política y su esencia como órganos de poder. Dejarían de ser órganos de la dictadura revolucionario-democrática del proletariado y el campesinado, y se convertirían en órganos de la dictadura del proletariado y los campesinos pobres, en únicos organismos de poder absoluto en el país, que materializarían las reivindicaciones de los trabajadores. El Gobierno Provisional, privado del apoyo de las masas, cedería el poder al nuevo Gobierno revolucionario de los Soviets.
Lenin rechazaba los reproches de algunos dogmáticos respecto a que los bolcheviques, al promover esta consigna, habían renunciado a su propia reivindicación —la transformación de la guerra imperialista en guerra civil—, e indicaba: «Pero en Rusia ha terminado la primera guerra civil y pasamos ahora a la segunda guerra : entre el imperialismo y el pueblo en armas. Y en este periodo de transición, mientras la fuerza armada se encuentre en manos de los soldados, mientras Miliukov y Guchkov no recurran a la violencia, esta guerra civil se convierte para nosotros en una labor de propaganda clasista pacífica, larga y paciente…» Y más adelante : «Hay que saber situarse en el punto de vista del marxismo, el cual nos dice que esta transformación de la guerra imperialista en guerra civil se basa en condiciones objetivas y no en condiciones subjetivas. Nosotros renunciamos de momento a esta consigna, pero sólo de momento. Las armas están ahora en manos de los soldados y de los obreros, y no en manos de los capitalistas. Mientras el Gobierno no rompa las hostilidades, predicamos pacíficamente».
- Plejánov escribió en su periódico Edinstvo que las tesis de Lenin eran un «delirio». I. Tsereteli, uno de los líderes de los mencheviques, miembro del Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, defensista y partidario de la coalición con la burguesía, expresó con altanería la esperanza de que la vida pronto enseñaría a Lenin la antigua verdad marxista: «los individuos pueden equivocarse; las clases, jamás». La vida no llegó a enseñarle nada al propio Tsereteli.
Pero los acontecimientos de los días siguientes mostraron que Lenin tenía razón tanto en la apreciación de la política del Gobierno Provisional y el carácter de la guerra, como en la determinación de las tareas del proletariado revolucionario ante las circunstancias.

El 18 de abril (1 de mayo por el nuevo calendario), el pueblo revolucionario celebró por primera vez abiertamente la Jornada Internacional de Solidaridad Proletaria. Numerosos manifestantes, que salieron a las calles de las ciudades de Rusia, llevaban pancartas con las consignas «¡Viva la fraternidad de los pueblos!”, «¡Paz sin anexiones ni contribuciones!», «¡Proletarios de todos los países, uníos!» En el Campo de Marte de la capital, Lenin pronunció un discurso ante los manifestantes, dedicado al significado del 1 de Mayo y a las tareas de la revolución rusa.
Ese mismo día hizo uso de la palabra en el mitin de los obreros de las fábricas de pólvora de Ojta, celebrado con motivo del 1 de Mayo, en la Plaza del Palacio. Se realizaron manifestaciones multitudinarias en Kronstadt. Rével, Riga, Ivánovo-Voznesensk. Nizhni Nóvgorod, Kiev, Járkov, Ekaterinburgo, Tula, Vladimir, Oriol, Penza, Vítebsk, Moguiliov, Bakú, Nikoláiev. Gomel, Tsarítsin, Minsk, Viatka, Samara, Simferópol, Feodosia, Zhitómir, Sebastopol, Smolensk, Rostov del Don, Odesa, Tashkent, Krasnoyarsk, Tiflís, Poltava, Vorónezh, Blagovéschensk, Tambov, Kutais, Kishiniov, así como en el Donbás y en muchas otras zonas de Rusia. Mientras que la consigna fundamental de los manifestantes era “¡Paz sin anexiones ni contribuciones!», Miliukov, ministro de Asuntos Exteriores, ordenó a los embajadores rusos, acreditados ante los Gobiernos de los Estados aliados, confirmarles que el Gobierno Provisional «se apresura a unir su voz a la voz de los aliados» y tiene «plena seguridad en la terminación victoriosa de la guerra actual».
Cuando la nota de Miliukov apareció en la prensa (el 20 de abril), en las fábricas y cuarteles de la capital comenzaron a convocarse mítines de protesta contra la política exterior del Gobierno Provisional. Surgió espontáneamente una manifestación multitudinaria de soldados, y luego también salieron a las calles los obreros.

Entre las tres y las cuatro de la tarde, frente al Palacio Mariíriski, sede del Gobierno Provisional, se congregaron unos 15.000 manifestantes. Para tranquilizar a los reunidos, el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado envió al eserista Gots y al menchevique Skóbelev, pero sus intervenciones no tuvieron éxito. Los soldados (en la manifestación participaban soldados de los regimientos Finlandski y Granaderos Moskovski, 1 Regimiento de Ametralladoras, 180 Regimiento de Infantería de Reserva, Grupo Acorazado y otras unidades militares, así como marinos de la Flota del Báltico) emitieron un comunicado mediante el cual se exigía la dimisión inmediata de Miliukov.
Salieron a las calles de la ciudad grandes columnas de obreros de las fábricas más grandes de Petrogrado. Lenin escribió luego sobre las manifestaciones: “El 20 y el 21 de abril, Petrogrado era un hervidero. Las calles estaban llenas de gente; día y noche se formaban por doquier grupos pequeños y grandes y se celebraban mítines de variadas proporciones; no cesaban las manifestaciones y demostraciones de masas…
Las manifestaciones empezaron como manifestaciones de soldados con una consigna contradictoria, inconsciente e incapaz de conducir aparte alguna: «¡Abajo Miliukov!…»
La burguesía ocupa la Avenida Nevski (la avenida «Miliukov», como dijo un periódico) y los barrios adyacentes del Petrogrado rico, del Petrogrado de los capitalistas y los funcionarios. Ofíciales, estudiantes y «clases medias» se manifiestan a favor del Gobierno Provisional y, entre las consignas, se encuentra con frecuencia en las banderas una inscripción: «¡Abajo Lenin!»
El proletariado se lanza a la calle desde sus centros, los suburbios obreros, organizado en torno a los llamamientos y las consignas del Comité Central de nuestro partido. El 20 y 21, el Comité Central adopta resoluciones que el aparato de la organización hace llegar inmediatamente a las masas del proletariado. Las manifestaciones obreras inundan los barrios no ricos y menos céntricos de la ciudad; y, después, penetran por partes en la Nevski. Las manifestaciones de los proletarios se distinguen a todas luces de las de la burguesía porque abarcan a mayores masas y están más unidas. En sus banderas se lee entre otras inscripciones: «¡Todo el poder al Soviet de Diputados Obreros y Soldados!»
En la Nevski se producen choques».
Resolución del CC del POSD(b)R del 20 de abril (3 de mayo) de 1917 sobre la crisis del Gobierno Provisional del 18 de abril (1 de mayo de 1917)
<<La nota del Gobierno Provisional ha mostrado la plena justedad de la posición adoptada por nuestro partido en la resolución de la Conferencia de la ciudad de Petrogrado, a saber: 1) que el Gobierno Provisional es un Gobierno totalmente imperialista, atado de pies y manos al capital anglo-francés y ruso; 2) que todas las promesas que ha hecho y las que pudiera hacer (con respecto a la «expresión de la voluntad de paz del pueblo», etc.) no son más que un engaño; 3) que el Gobierno Provisional, independientemente de las personas que lo compongan, no puede renunciar a las anexiones porque en esta guerra, y sobre todo en el momento presente, la clase de los capitalistas está atada al capital bancario; 4) que la política de la pequeña burguesía, llevada a cabo por los populistas, los mencheviques y la mayoría de los dirigentes del actual Soviet de Diputados Obreros y consistente en alentar falsas esperanzas en cuanto a la posibilidad de «enmendar» a los capitalistas (es decir, al Gobierno Provisional) con “medidas de presión», ha sido nuevamente puesta al descubierto mediante esta nota.
Teniendo en cuenta lo que antecede, el CC considera;
- Que cualquier cambio en la composición de este Gobierno (dimisión de Miliukov, revocación de Kerenski, etc.) no sería más que una imitación de los peores procedimientos del republicanismo parlamentario burgués, que sustituye la lucha de clases por la rivalidad entre camarillas y por los cambios de personas.
- Que la única salvación para la masa de población pequeñoburguesa, que pendula entre los capitalistas y la clase obrera, es el paso sin reserva de esta masa al lado del proletariado revolucionario, la única clase capaz de romper realmente las cadenas del capital financiero y de la política anexionista. Sólo cuando -con el apoyo de la mayoría del pueblo- el proletariado revolucionario haya tomado todo el poder estatal en sus manos, creará, junto con los soldados revolucionarios, bajo la forma de Soviet de Diputados Obreros y Soldados, un Gobierno que tendrá la confianza de los obreros de todos los países y que será el único capaz de poner fin rápidamente a la guerra por medio de una paz verdaderamente democrática>>.

En la noche y el día del 21 de abril, en Petrogrado tuvieron lugar, casi sin cesar, mítines multitudinarios de soldados y manifestaciones de obreros. El movimiento de protesta comenzó a extenderse a las provincias y al ejército. Al mismo tiempo, los partidarios del Gobierno Provisional organizaban sus manifestaciones. Según el periódico Nóvaia Zhizn («Vida Nueva»), ante los reunidos frente a la embajada inglesa intervino George Buchanan, el embajador, exhortando a apoyar al Gobierno Provisional, «sincero defensor de los intereses populares». Y este «defensor», que en sus declaraciones juraba que no se emplearían las armas contra el pueblo, en realidad deseaba dispersar la “turba», como él denominaba a los manifestantes, con la fuerza de las armas, pero no pudo. Kornilov mandó emplazar piezas de artillería en la Plaza del Palacio, pero los cadetes de la Escuela de Artillería Mijáilovski se negaron a cumplir la or den, declarando que no tenía validez porque no había sido acordada junto con el Soviet de Diputados Obreros y Soldados.
Comunicado del periódico Pravda sobre la orden de L. Kornilov de emplazar piezas de artillería en la Plaza del Palacio para aplastar las acciones revolucionarias de los obreros y los soldados el 21 de abril
<<23 de abril de 1917
Cerca de las cinco de la tarde, en la Escuela de Artillería Mijáilovski se recibió un telefonema del teniente general Kornilov, jefe de la Región Militar de Petrogrado, sobre el envío de dos baterías de la escuela a la Plaza del Palacio.
Después de conocer el mensaje, la reunión de oficiales y soldados de la escuela dispuso por unanimidad : no cumplir la orden del general Kornilov y no enviar cañones a la Plaza del Palacio.
Se decidió enviar delegados para confirmar si el general Kornilov actuaba con el consentimiento del Soviet. Se supo que la orden se había dado sin la sanción del Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Obreros y Soldados. El Comité anunció que sus órdenes se darían sólo por escrito, con la firma de uno de sus miembros.
Dos horas más tarde, en la escuela se recibió una nueva orden por escrito del general Kornilov, que anulaba la primera.
A las 11, la Avenida Nevski adquirió su aspecto habitual>>.
Resolución del Soviet de Diputados Obreros y Soldados del distrito de Víborg con la exigencia de investigar las acciones contrarrevolucionarias del general L. Kornílov
<<21 de abril de 1917
Después de examinar la orden del general Kornílov de enviar cañones de la Escuela de Artillería Mijáilovski a la Plaza del Palacio el 21 de abril, el Soviet de Diputados Obreros y Soldados del distrito de. Víborg reconoció que el envío de artillería podía suscitar consecuencias nefastas en las calles de Petrogrado. Por esta razón, exigimos que la Comisión Ejecutiva del Soviet de Diputados Obreros y Soldados designe una comisión para investigar este hecho que inquieta a todos los obreros. Por su parte, el Soviet de Diputados Obreros y Soldados del distrito de Víborg felicita a la Escuela de Artillería Mijáilovski por no haber cumplido la orden provocadora, orientada a aplastar a las masas revolucionarias de obreros y soldados>>.
El 20 y 21 de abril, el Soviet de Petrogrado tenía todas las posibilidades para llegar al poder por vía pacífica. Pero la mayoría menchevique-eserista en el Soviet temió la dimisión colectiva del Gobierno. El Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado quedó satisfecho con una «aclaración» vaga del Gobierno Provisional e hizo todo lo posible para extinguir el movimiento de protesta en la capital y en el país.
Del llamamiento A todos los ciudadanos, emitido por el Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado
<<21 de abril de 1917
Ciudadanos:
En los instantes cuando se deciden los destinos del país, cada paso imprudente constituye una peligrosa amenaza. Las manifestaciones con motivo de la nota del Gobierno respecto a la política exterior condujeron a enfrentamientos en las calles. Hay muertos y heridos.
En aras de salvar la revolución frente a las discordias que la amenazan, nos dirigimos a ustedes con este caluroso llamamiento: ¡Mantener tranquilidad, orden y disciplina!
El Soviet de Diputados Obreros y Soldados examina la situación. Créannos, el Soviet hallará las vías para cumplir la voluntad de ustedes. Mientras tanto, que nada quebrante el desarrollo pacífico de la vida en la Rusia libre. …Ninguna violencia de un ciudadano contra otro puede admitirse en la Rusia libre.
Sólo a los enemigos de la revolución les convienen las discordias. Quien conduzca a discordias, es enemigo del pueblo.
Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Obreros y Soldados>>.
Aclaración del Gobierno Provisional a la Nota de Miliukov
<<21 de abril de 1917
En virtud de las dudas surgidas respecto a la nota del ministro de Asuntos Exteriores, que acompañaba la entrega a los Gobiernos aliados de la declaración del Gobierno Provisional sobre las tareas de la guerra (del 27 de marzo), el Gobierno Provisional considera necesario aclarar :
- La nota del ministro de Asuntos Exteriores fue objeto de una discusión minuciosa y prolongada, y su texto fue aceptado por unanimidad.
- Es evidente que al hablar de la victoria decisiva sobre el enemigo, se tiene en cuenta el logro de las tareas planteadas en la declaración del 27 de marzo y expresadas con las siguientes palabras: «El Gobierno Provisional considera que es su derecho y su deber declarar hoy mismo que el objetivo de la Rusia libre no es el dominio de otros pueblos, no es arrebatarle su patrimonio nacional ni apoderarse por vía violenta de territorios ajenos, sino la afirmación de una paz sólida en base a la autodeterminación de los pueblos. El pueblo ruso no trata de acrecentar su poderío exterior a costa de otros pueblos, no se plantea la tarea de subyugar ni de humillar a nadie. En aras de los principios supremos de la justicia, él arrancó las cadenas que subyugaban al pueblo polaco. Pero el pueblo ruso no admitirá que su patria salga de la gran lucha humillada y quebrantada en sus fuerzas vitales».
- Como «sanciones» y «garantías» de una paz sólida, mencionadas en la nota, el Gobierno Provisional sobreentendía la limitación de los armamentos, los tribunales internacionales, etc. El ministro de Asuntos Exteriores entregará la presente aclaración a los embajadores de las potencias aliadas>>.

La contrarrevolución se preparaba para probar de nuevo sus fuerzas. El 21 de abril, el vicefiscal de la cámara judicial de la capital ordenó al juez de instrucción del distrito de Petrogrado investigar el tiroteo, supuestamente, realizado contra los manifestantes por los partidarios de Lenin.
El 20 de abril, en el domicilio de Guchkov, ministro de Guerra, sito en la calle Moika, se celebró un encuentro entre el general Alexéiev, comandante en jefe del ejército ruso (designado a este cargo el 19 de marzo); el general Kornílov, jefe de la Región Militar de Petrogrado; y el almirante Kolchak, jefe de la Flota del Mar Negro. Kolchak informó que en su Flota se observaban, aunque con alguna tardanza, los mismos procesos que en la Flota del Báltico. Kornílov comunicó que en la ciudad transcurría una demostración armada de las tropas contra el Gobierno Provisional. Consideraba que esta acción debería aplastarse con la fuerza de las armas, pero no se llegó a tener una opinión unánime al respecto.
El 21 de abril, Kornílov intentó debilitar a las fuerzas revolucionarias de la capital. Para ello ordenó reorganizar las unidades de reserva de la Región Militar y prepararlas para ser retiradas de Petrogrado. Ese mismo día, la reunión de representantes de la guarnición capitalina acordó subordinarse sólo al Soviet de Petrogrado, mientras que el Soviet del distrito de Víborg exigió que el Comité Ejecutivo investigara el hecho que «inquieta a todos», teniendo en cuenta que «el envío de artillería a la Plaza del Palacio podía suscitar consecuencias nefastas en las calles».
Los líderes del Soviet de Petrogrado se vieron obligados a plantear que sus representantes controlaran las disposiciones de Kornilov y se adoptara una orden especial sobre el particular. Kornílov decidió hacer una «aclaración» a los soldados del «indisciplinado» Regimiento Finlandski con motivo de su acción revolucionaria del 20 de abril y demostrarles la necesidad de continuar la guerra hasta la victoria final. Ordenó realizar una revista el 29 de abril, pero el Regimiento no se presentó; sólo salieron a la plaza los quintos, aunque ellos tampoco permitieron al jefe de la Región Militar terminar su intervención y arrancaron el banderín de su automóvil. Esto no lo pudo soportar el altivo general. El 2 de mayo, el periódico Rech publicó un comunicado sobre la dimisión de Kornílov «de acuerdo con su insistente petición». Según círculos competentes, él argumentaba que «ninguna organización ajena, incluso una como el Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Obreros y Soldados, puede ni debe ser un mediador, y menos aún un obstáculo, en el cumplimiento de las órdenes directas del jefe a las unidades militares a él subordinadas».
El 29 de abril, Guchkov declaró también que abandonaba la cartera de ministro de Guerra y Marina. Tres días después, el Gobierno Provisional aceptó la dimisión de Miliukov, en ausencia de éste. Esta fue la primera crisis política que, como señalara Lenin, reflejó en la explosión de las masas del 21 y 22 de abril, explosión espontánea, sin la menor organización, el creciente descontento con la política burguesa del Gobierno Provisional.
La reacción de los mencheviques y eseristas era característica. Al principio acusaban a los bolcheviques y a los demócratas constitucionalistas de obstinación, de extremismo, de exacerbar los ánimos, «llegando —como indicara Lenin— hasta el colmo de acusar a los bolcheviques (por disparatado que ello parezca) de haber provocado el tiroteo en la Avenida Nevski; y cuando el movimiento tocó a su fin, esos mismos eseristas y mencheviques escribieron en las columnas de su órgano central y oficial, Izvestia, que el «movimiento popular» «había barrido a los imperialistas de Miliukov y otros», es decir, ¡¡alababan el movimiento!!»
Al aprobar la formación de un Gobierno de coalición, los lideres eseristas y mencheviques afianzaron la posición de la burguesía. La crisis fue superada, pero «las causas de la crisis -escribió Lenin al respecto- no han sido suprimidas y es inevitable la repetición de crisis semejantes».
Del artículo de Lenin Las enseñanzas de la crisis, publicado en el periódico Pravda el 23 de abril 1917
<<Petrogrado y toda Rusia han vivido una seria crisis política, la primera crisis política desde la revolución.
El 18 de abril, el Gobierno Provisional aprobó su nota, tristemente célebre, confirmando los rapaces objetivos anexionistas de la guerra con claridad suficiente para provocar la indignación de las amplias masas, que habían creído de buena fe en los deseos (y la capacidad) de los capitalistas de «renunciar a las anexiones». El 20 y 21 de abril Petrogrado era un hervidero. Las calles estaban llenas de gente; día y noche se formaban por doquier grupos pequeños y grandes y se celebraban mítines de variadas proporciones; no cesaban las manifestaciones y demostraciones de masas. Según parece, la crisis, o al menos su primera etapa, ha terminado ayer, el 21 de abril, por la noche. El Comité Ejecutivo del Soviet de diputados obreros y soldados, y a continuación el propio Soviet, han declarado satisfactorias las «explicaciones», las enmiendas a la nota, las «aclaraciones» del Gobierno (que se reducen a frases que no dicen absolutamente nada, ni cambian nada, ni obligan a nada) y han dado por «terminado el incidente».
El futuro mostrará si las amplias masas del pueblo consideran «terminado el incidente». Nuestra tarea consiste ahora en estudiar con mayor atención qué fuerzas, qué clases se han revelado en la crisis y sacar de ello enseñanzas para el partido del proletariado. La gran importancia de toda crisis consiste en que pone al descubierto lo oculto, deja a un lado lo convencional, lo superficial y mezquino, barre la escoria política y revela los verdaderos resortes de la lucha de clases que se libra en realidad>>.
Por la mañana del 22 de abril se celebró una reunión del Comité Central del partido, en la que se aprobó la resolución leninista que caracterizaba la esencia de la crisis, las tareas del proletariado y las principales consignas del momento. «Esencia de la crisis —se indicaba en las tesis—: la masa pequeñoburguesa vacila entre la confianza antigua, secular, en los capitalistas y la irritación contra ellos, la tendencia a confiar en el proletariado revolucionario».

Objetando contra la táctica aventurera de un pequeño grupo en el comité de los bolcheviques de Petrogrado (Bagdátiev y otros), que durante la manifestación de abril había promovido la consigna del derrocamiento inmedianto del Gobierno Provisional, contrariamente al curso del partido hacia el desarrollo pacífico de la revolución, Lenin subrayó en la resolución aprobada por el Comité Central:
«La consigna ;Abajo el Gobierno Provisional! no es justa ahora, porque sin una mayoria firme (es decir, consciente y organizada) del pueblo al lado del proletariado revolucionario, esa consigna, o no es más que una frase, o se reduce, objetivamente, a tentativas de carácter aventurero.» Consideraba que las consignas fundamentales del momento eran : «1) explicar la línea proletaria y el camino proletario para poner fin a la guerra; 2) criticar la política pequeñoburguesa de confianza en el Gobierno de los capitalistas y de conciliación con él; 3) hacer propaganda y agitación de grupo en grupo en cada regimiento, en cada fábrica, sobre todo entre la parte más atrasada de las masas, personal de servicio doméstico, obreros no cualificados, etc., pues precisamente en ellos ha tratado de apoyarse la burguesía durante la crisis; 4) organizar, organizar y una vez más organizar al proletariado…»
El 24 de abril se inauguró en Petrogrado la VII Conferencia (de Abril) de toda Rusia del POSD(b)R, que fue la primera conferencia del partido en condiciones legales.
Debido a las divergencias que surgieron en el CC respecto a la apreciación, las perspectivas de la revolución y las tareas del partido, se decidió por unanimidad discutir abiertamente esa cuestión. El material para el debate fueron las Tesis de Abril de Lenin, publicadas en el Pravda el 7 de abril. De ese modo, las organizaciones locales tenían la posibilidad de debatir previamente las cuestiones incluidas en el orden del día, revelar la actitud hacia ellas de los miembros de base del partido.
El oponente de Lenin en la conferencia era L. Kámenev, uno de los redactores del Pravda y representante de los bolcheviques en el Soviet de Petrogrado, quien ya en marzo había exhortado al partido a apoyar de manera condicional al Gobierno Provisional, sin plantear la cuestión del paso de todo el poder a los Soviets. Su posición en la apreciación de la guerra se aproximaba al defensismo revolucionario. Antes de regresar Lenin a Rusia, la táctica de presionar los Soviets sobre el Gobierno Provisional en la cuestión de la paz la apoyaba también Iosif Stalin, que en aquellos días era miembro del Buró Ruso del CC con voto consultivo y corredactor del Pravda. En la conferencia se rechazó la proposición de Kámenev y sus reducidos partidarios de limitarse a controlar al Gobierno Provisional burgués por parte de los Soviets eserista-mencheviques.
El significado histórico de la VII Conferencia (de Abril) consistía en que ella aprobó el programa leninista de la transición a la segunda etapa de la revolución en Rusia, trazó el plan de lucha por la transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución socialista, promovió la exigencia de transmitir todo el poder a los Soviets. Bajo esa consigna, los bolcheviques preparaban a las masas para la revolución proletaria.
El Comité Central del partido movilizaba todos los medios para difundir las resoluciones de la conferencia. En todas partes transcurría la discusión : en Moscú, los Urales, Ucrania, regiones del Volga, Bakú, Tiflis. Los delegados que regresaban de la conferencia explicaban el curso leninista, exhortaban a realizar labor partidaria en el espíritu de las resoluciones de la conferencia.